Pasamos la noche en el Metro
Andén 1 pasa la noche en el metro visitando algunos de los trabajos que se desempeñan en la red de Metro cuando está cerrada al servicio de viajeros.
Todos los días, a eso de las 2 de la madrugada, cuando la mayoría de nosotros estamos durmiendo, todos los trenes que circulan por el metro de Madrid acaban su servicio. ¿Todos? ¡No! Y es que, aunque a través de los carteles electrónicos de las estaciones se nos anuncie que ya no pasan trenes y que (por favor) abandonemos la estación, el metro nunca duerme.
Andén 1 tuvo la oportunidad el 19 de Mayo del 2011 de descubrir que es lo que pasa en el metro cuando está cerrado. Junto a nosotros, periodistas de distintos medios, personal de Metro y de la Consejería de Transportes, entre los que se encontraba José Ignacio Echeverría, el consejero de Transportes.
Cerca de 1.600 trabajadores son los encargados de garantizar el correcto funcionamiento de la red; limpiarla; acondicionar las vías, los túneles y las estaciones; arreglar los posibles desperfectos que se produzcan o hacer las diferentes pruebas de las mejoras que se producirán en el servicio.
Cuando se supone que ya no pasan trenes por la estación de Príncipe Pío, nosotros bajamos al andén de la línea 6. En nuestro camino por el vestíbulo de la estación vemos como se desempeña el trabajo de limpieza de la estación (más a fondo que el que se realiza durante el resto del día) con máquinas abrillantadoras del suelo, recogida de papeleras, abrillantamiento de metales…
Justo cuando llegamos al andén 1 de la línea 6 y antes que nos demos cuenta, aparece el primer tren: una dresina camino de alguna estación de la línea 10. Esta dresina se encargará de reparar (o lo habrá hecho ya) algún desperfecto que se haya podido producir en los túneles y también de las obras de mantenimiento de estos.
No es el único tren de mantenimiento que podemos ver durante la noche en el Metro. Ni el único que veríamos durante la noche. También hay trenes limpiadores de vía, vehículos auscultadores de vía, remolcadores, bateadoras, plataformas, trenes para trabajadores, amoladores de vía… Componiendo un parque de vehículos auxiliares de 104 coches.
Ahora regresemos al andén de Príncipe Pío. Por el túnel dirección Argüelles aparece uno de los nuevos trenes de la serie 8000. Pasa por la estación rápidamente, sin hacer parada. En menos de 30 segundos, aparece otro 8000, en el que sube toda la comitiva. Y es que las noches en metro también sirven para hacer pruebas de material y sistemas, como la que estábamos a punto de presenciar.
La línea 6, junto a la 1 y MetroEste, son las únicas de la red que cuentan con un control de la circulación basado en las telecomunicaciones (CBTC por su siglas en inglés). En esta prueba, pudimos comprobar el “modo persecución” del que dispone este sistema. Este modo permite a dos trenes en marcha acercarse hasta 30 metros uno del otro sin que se vea mermada la seguridad, aumentando así la capacidad de la línea.
Jugando al “pilla-pilla” entre los dos trenes fuimos hasta la estación de Lucero, desde donde volvimos a la estación de Príncipe Pío. Allí, otro de los trenes auxiliares estaba trabajando. Se trataba del tren amolador de vía, también llamado esmeriladora de carriles. Este convoy de mantenimiento se encarga de rehacer el perfil de la vía, deformado con el paso de los trenes, con el fin de evitar el traqueteo y las vibraciones de los trenes y también para alargar la vía útil del carril.
La esmeriladora puede reformar 300 metros de carril en una noche. Desde que se puso en servicio en 2008, este vehículo auxiliar ha reparado 100.000 metros de vía. Cifra nada reseñable si contamos que la red de Metro tiene casi 300 kilómetros de extensión.
Con la exhibición de la amoladora dimos por acabada la noche en el metro. Aunque no hayamos visto mucho, esto es solo una pequeña muestra de todos los trabajos que se realizan en el metro por las noches. Trabajos que, en palabras del consejero, “no permiten la apertura del metro por las noches”.